OSPINA, ANDRÉS
Hace un tiempo, con motivo de los setenta años de mi madre, bogotana de padres bogotanos, en familia decidimos preparar un glosario en el que consignamos sus modismos característicos. Nuestro objetivo era recopilar y definir para la posteridad aquellos dichos y palabras propios de ella en un solo documento.
Publicado en dos copias de factura artesanal, comenzaba con "ajetre" y terminaba con "zangolotear" contenía numerosos vocablos como "desenchiparse", "jayanazo", "patonear" o "remplantigado".
El presente texto tiene el pretencioso objetivo de propiciar un diálogo entre generaciones. De permitir que en estos tiempos de wikipedias, de conceptos fáciles y perecederos y de digitalizaciones atropelladas, tatarabuelos, bisnietos, nietos, hijos y padres alcancen a descifrar las pistas de aquella ciudad de Bogotá en la que hoy vivimos. Es también un diccionario conformado por la simbiosis maravillosa de ese castellano que nos vino por la fuerza de España; de esa lengua muisca que a su vez nos fue arrebatada por las mismas manos, y del componente africano y mestizo, cuya presencia en nuestra ciudad es decisiva.