HARKER, SANTIAGO
"En las regiones más altas, en donde impera la ley del viento", afirma Harker, "nace un río llamado luz". Se trata, sin duda, de un río que el fotógrafo explora con la destreza de un experto navegante, un río que resbala desde las cimas de las montañas, y se precipita sin ruido a través de selvas húmedas y páramos desiertos. Llega a los campos, atraviesa los trigales, elude las ciudades, y recorre los pueblos de los hombres. No obstante, en esos pueblos, percibimos las figuras de las sobras y los rostros secretos de la gente. Son imágenes fugaces, vistas a través de ventanas abiertas y, en seguida, el río continúa hasta alcanzar las playas de la costa, para disolverse en el océano como si se encontrara con su propio destino. Son fotografías que nos hacen sentir bastante más de lo que vemos.