CABALLERO, ANTONIO
Comer bien es di?cilísimo, como lo saben de sobra los lectores de libros de cocina. Y no hablo de comer bien desde el punto de vista de los modales de mesa: distinguir el cuchillito redondeado de la mantequilla
de la pala picuda del pescado, no masticar con la boca abierta, no eructar, saber para qué sirve ese curioso instrumento retorcido y ominoso como de dentistería que# ¡ah!, ¿para los caracoles a la bourguignone? ¡Qué ingenioso!Todas estas son convenciones sociales, que cambian con los tiempos y los lugares, y poco tienen que ver con el placer del buen comer. Es el placer lo que es difícil.
Antonio Caballero