GUTIÉRREZ SOLANA, NELSON
Abrí los ojos y sentí la confianza escurrirse de mi cuerpo e irse hasta el piso. La alarma de las seis y treinta debió espantarla. Esto lo comprobé al levantarme de la cama con el pie izquierdo, pues el derecho, con el que suelo patear el balón, se ha retirado de la vía. No me acepta ningún comando y cuando le dije: "Pie, tienes que pisar", se recogió detrás de mi pierna como una camarón hervido. Su causa de retiro no ha sido ni por viejo ni por lesión. Presiento que reconoce en el piso un temor arcaico: la prisión de cemento, tierra y basuras que someten a un titán.