Introducción 7
PRIMERA PARTE
Lógica del atentado
I. La capa y la bomba 21
- La época imaginaria 24
- El acto vacío 42
- Ausencia del anarquista 56
II. Cuando hacer es decir 83
- La propaganda por el hecho: génesis de un mito 86
- Sobre la ilegitimidad de las mediaciones 101
a) Filosófica: la prueba por Marx ,103; b) Sociológica: el sueño del artesano, 112; c) Política: las tentaciones elitistas, 122
- El inevitable pesimismo epistemológico del anarquismo 135
III. Teoría del terrorismo: formas 149
- Actuación / 'performance' 151
- Resonancia 161
- Ficción 172
SEGUNDA PARTE
Las letras en el terror
IV. Poética de la bomba 199
- El flechazo 199
- El atentado y los simbolistas 216
- Mallarmé 234
V. La novela contra el anarquista 256
- Zola 256
- La bomba y las fronteras de la novela 298
- La novela del terrorista: el personaje como agente o (des)poseído 318
VI. Teoría del terrorismo: leyes 350
- El terrorismo en el siglo XX: aporías jurídicas 354
- Fines del siglo XIX: la "definitiva incomprensión" de las leyes perversas 369
- ¿Advenimiento de los intelectuales, fin de los anarquistas? 394
Bibliografía 415
Índice onomástico 437
¿Qué es el terrorismo? ¿Por qué desempeña un papel tan importante en la vida política contemporánea? En 'Ficciones del anarquismo', Uri Eisenzweig responde a estas preguntas al ubicar sus orígenes en los llamados atentados "anarquistas" ocurridos en Francia entre 1892 y 1894. La figura del anarquista anima y expresa con la acción política relaciones novedosas para la sociedad, convirtiéndose entonces en progenitor de lo que ahora se denomina terrorismo.
A lo largo del libro, Eisenzweig - autor interesado en el papel que a menudo juega la imaginación literaria en las obsesiones políticas de la sociedad occidental moderna- analiza la imagen singular y sin precedentes que la opinión pública creó de estos actos violentos. En el centro de todo estuvo el anarquista enmascarado que la prensa y algunos intelectuales se empeñaron en describir como un héroe oculto tras los rostros tristemente ordinarios de los verdaderos autores de los atentados. En esta deformación de la realidad participó también la fascinación que este nuevo tipo de violencia ejerció sobre escritores como Stéphane Mallarmé, Émile Zola y otros, agrupados en la escuela del simbolismo.