SALGADO CARDONA, ANDREA
La espectacularización de la vida privada es una de esas profecías que para la época en que Salgado publicó la novela, estaba empezando a cumplirse. Sin embargo, quizá previsto o no, redes sociales como TikTok o Instagram, ha convertido este juego de novums en una realidad: lo privado se ha vuelto producto de consumo para las audiencias hambrientas de experiencias reales y ajenas. Las plataformas nos generan un aparente vínculo con desconocidos que exponen sus familias, cuerpos y secretos a través de pantallas. Vivimos las vidas falsas de otrxs como si fueran nuestras. ¿Le tememos al aburrimiento y al silencio? ¿Es necesario el drama para mantenernos enganchados a un usuario? ¿los proveedores de redes sociales están obligados a entretenernos para ganarse nuestra atención? Salgado ya lo había propuesto y expuesto: el deseo como un bicho extraño y figura volátil, que es envasado y explotado en ese mundo limpio y aséptico. Del prólogo de Claudia Amador Pero el deseo no solo se le corta a los usuarios de La Calle: también, a modo de delicia metatextual donde el libro hace las veces de dispositivo nosotrxs, lxs lectorxs, nos convertimos en usuarios que entramos y salimos de las simulaciones. Nuestra lectura se verá interrumpida por Control Master, que también jugará con nuestro deseo y, de paso, con el ritmo narrativo.
Del prólogo de Claudia Amador