TEJEIRO SARMIENTO, SIMONA (ED)
El pensamiento de Marx ha sido un punto de referencia obligado de las ciencias sociales y humanas desde finales del siglo xix hasta el presente. Su nombre marca de manera contundente no solo el campo específico de la sociología sino el amplio conjunto de las ciencias histórico-sociales (historia, economía, antropología social, ciencia política y sociología) y también, de manera significativa, el campo de la filosofía. Todas estas disciplinas han lidiado con el legado de Marx, en uno u otro aspecto, y buena parte de su desarrollo se debe a los esfuerzos realizados en ellas, ya fuera para asimilar, aplicar y desarrollar las propuestas teóricas metodológicas de Marx, para refutarlas o, también, cuando se asumió una actitud intermedia entre estos dos polos, para complementarlas y superarlas en un enfoque superior, como se lo propuso expresamente la generación de científicos sociales alemanes de finales del siglo xix y las dos primeras décadas del siglo xx. Pero si lo anterior es cierto en general para el gran campo de las ciencias sociales, es en el caso específico de la sociología donde la figura de Marx ¿inicialmente confrontada críticamente desde la academia por los grandes teóricos que establecerían esta disciplina¿ ascenderá con el paso del tiempo hasta constituirse en un hito ineludible, y será reconocido como un clásico de la disciplina, estatus del que goza hoy en día. La obra de Marx jugó un papel fundamental para que en ese período la formulación de los problemas sociológicos de la sociedad moderna alcanzara su madurez y se dieran las condiciones intelectuales que permitieron la emergencia e identificación de este campo disciplinar, el cual, a lo largo de ese siglo atravesó su período formativo, para finalmente consolidarse e institucionalizarse en el siglo xx.