CARLYLE, THOMAS
Un largo prejuicio ha tendido a imaginar al ser humano como «un animal vestido, cuando por naturaleza es un animal desnudo», y este característico artificio que, desde la hoja de parra hasta los extravagantes cuellos de los dandis, ha modelado la historia de las civilizaciones tenía que ser algún día desenmascarado. Esto es lo que se ha propuesto el profesor Teufelsdröckh, catedrático de Ciencia de las Cosas en General de la universidad de Weissnichtwo, en un innovador tratado, si bien algo «abigarrado, enmarañado e hipermetafórico», que el editor encargado de darlo a conocer al público debe también tratar de desenmarañar y clarificar. Tarea por lo demás titánica, dado que el volumen es un accidentado viaje «¡desde las vainas de Tela más vulgares y exteriores del Hombre, a través de sus asombrosas prendas de Carne, y sus no menos asombrosos adornos sociales, hasta el interior de las prendas del Alma de su Alma y los mismísimos Tiempo y Espacio!».
En la mejor y más excéntrica tradición de la literatura sobre la literatura, alrededor de un libro inexistente glosado y desglosado en profundidad, Sartor resartus (1833), la única obra de ficción de Thomas Carlyle, es heredera de Cervantes y Sterne, pero más significativamente prefigura a Melville, Nabokov, Borges o Stanislaw Lem. Brillante, caótica, hilarante y mística, es algo más que una rareza única, y la literatura posmoderna podría tomarla como una profecía
