BYRON, ROBERT
Un libro de observaciones de Robert Bayron tras su viaje a Tíbet. El escritor describe tanto la belleza del país como su estado social-político.
Viaje al Tíbet es el relato del viaje de Robert Byron desde Londres a Gyantsé a finales de los años veinte del pasado siglo. Como acostumbra hacer en sus relatos de viaje, Byron lleva a cabo unas divertidas crónicas de viajes, en las que incluso los infortunios están retratados en clave de humor.
Un libro para viajeros inusuales que desean realizar un recorrido por la historia, la cultura, de la mano de las vicisitudes de este genial escritor.
En 1933, Robert Byron (1905-1941) publica el relato de dos de sus andanzas: el viaje al Tíbet realizado en 1929 y el que le lleva a Rusia en los primeros meses de 1932. Los publica en un solo volumen, First Russia, then Tibet, argumentando que se trataba de dos países que se encontraban en los extremos opuestos de la Revolución Industrial. Uno, la Rusia comunista, que construía el último estadio de esta revolución, creando un Estado que funcionaba como una máquina ordenada por los planes quinquenales, siempre gobernada por criterios científicos; y el otro, el Tíbet, no sólo no contaminado aún por la Revolución Industrial, sino detenido en una no historia, al margen del mundo.
Byron viajaba con ojos que buscaban la belleza, y que en parte nos dejó en sus textos, y en parte también en sus fotografías. Para facilitar su lectura e incluir su riqueza fotográfica, la editorial Confluencias presenta este libro en dos volúmenes, con una selección de sus dibujos y fotografías.
Robert Byron
Robert Byron (1905-1941), uno de los grandes viajeros del siglo xx, autor de algunos de los libros de viajes más influyentes y atractivos que se hayan escrito. The Station señaló el camino de la Grecia rural y monástica a sir Patrick Leigh Fermor; Viaje a Oxiana Road to Oxiana nunca faltó en el equipaje de Bruce Chatwin.
Educado en Eton y Oxford, pronto abandonó la alta sociedad británica para empezar a deambular por los tortuosos caminos de la Europa de entreguerras y el convulso Oriente Próximo de los años treinta. Nunca paró. Un submarino alemán torpedeó el carguero en el cual viajaba hacia Oriente Medio en febrero de 1941. Sólo así la barbarie pudo detenerlo.