MCKEE, DAVID
¡Asco!, exclamaron los monstruos rojo y azul cuando vieron llegar al extraño monstruo amarillo. Después le gritaron: Lárgate, pero inmediatamente una brillante idea los hace cambiar de parecer y, maliciosamente, lo invitan a quedarse. Sin contar, por supuesto, con lo inteligente y habilidoso que un extraño puede ser.