DRACH, ALBERT
Por Un viaje nada sentimental desfilan personas, algunas de ellas célebres, y se describen situaciones y paisajes que Drach conoció en sus difíciles años en el sur de Francia, durante la Segunda Guerra Mundial. No conviene, sin embargo, empecinarse en el carácter autobiográfico de esta obra. Quien escribe en primera persona y en presente esta «crónica» es un cadáver. El narrador insiste en más de una ocasión en que ha muerto. Más que un escrito autobiográfico, es la interpretación de una vida marcada por la experiencia del exterminio de la población judía europea, algo que solo puede realizarse desde la muerte. Al mismo tiempo, sin embargo, toda la obra refleja el esfuerzo duro, a veces hasta cruel, por sobrevivir. De ahí la enorme tensión y furia inherente a cada una de las páginas de esta novela, una de las más grandes de la posguerra austríaca.