BAQUERO, LAURA / GONZÁLEZ, LIRIO
Laura y Lirio van detrás de un azul muy intenso, de unas piernas como velas de un barco que navega por un río que es todos los ríos, todo el musgo y toda la humedad, de la búsqueda de sentirse cerca, aún con el mal de altura que da ese cielo tan azul de Bogotá. Si a Daniel le parecía que el cielo estaba más cerca, a mi me parecía que el sol. Y a mi mamá también, siempre me decía que me echara bloqueador porque el sol de la montaña está más cerquita. Escribir a cuatro manos, por ahí comienza la ternura, por saberse diluido y diluible, frente al otro y frente al texto. En esta juntanza de poemas brotan entonces las preguntas: Qué crece en el arado de Laura y Lirio? Se puede arar el cielo y el lago? -María A. Buelvas B.