RIVAS, SANTIAGO
Este catálogo ilustrado de neurosis cotidianas promete mejorar sustancialmente la calidad de vida de los colombianos. O por lo menos de aquellos que con muchas frecuencia se enfrenta a un sistema caído que impide un trámite urgente, al reto de radicar un reclamó por un error en una factura a través de un call center, al desasosiego que produce el jugo de tomate de árbol en el almuerzo como única opción o a la vergüenza ajena que solo causa un artista que acaba de reinventarse. También pretende servir de manual de supervivencia en situaciones de extrema hostilidad como un combate de barras bravas a una inauguración de una exposición de arte contemporáneo. Porque en un ejercicio de catarsis de los autores que esperan hacerse extensivo a los lectores, quienes muy posiblemente, luego de leer estas páginas, golpeen fuertemente a la industria farmacéutica tanto en su modalidad química como en la chamánica.